Hoy apareció un artículo -de ésos que rolan por todo el mundo- sobre una campaña en contra del abuso del alcohol en
Europa, donde usan una aplicación que te muestra los estragos a largo
plazo de la adicción al alcohol. Dice que después de diez años de tomar
en demasía la piel y los ojos quedan con marcas características de este
problema. La piel queda con rosácea (permanentemente rojiza), las
arrugas se hacen MUY MARCADAS, los ojos quedan rojos permanentemente, y
además la panza queda inflada........... Son cosas que se saben
popularmente, claro, es sentido común, pero no está de más que te lo
CONFIRMEN DE FORMA CIENTÍFICA.
Por tal motivo recordé -y traigo a colación el día de hoy- el alcoholismo de Federico Tapia Hurtado.
Yo, desde que inicié el blog mamarrachopanzon.blogspot, hablé clara y
honestamente del alcoholismo de este sociópata. Después de todo,
recordemos que las adicciones son típicas de los sociópatas, de hecho
Federico tiene adicción a las pastillas, a la comida y otras, no nomás
al alcohol..
Federico no sólo lo negó (nada raro) sino que dijo con su típico
cinismo de sociópata que yo "estaba demandada por difamación" y que
"ahora tendría que demostrar que él era un alcohólico". Bueno, aún si su
abogado imaginario (El Lic. Zárate, si mal no recuerdo) y su demanda
imaginaria hubieran sido reales, creo que comprobar que ES UN ALCOHÓLICO
es demasiado fácil (Por cierto, Federico, ¿de casualidad el Lic. Zárate
no era de color rosa, como los elefantes del delirium tremens?)
De hecho, no pudo ocultar su problema NI SIQUIERA DE SU PROPIA
MADRE.Doña Josefina, cuando la conocí, me sacó al tema el alcoholismo de
su hijo sin que yo siquiera lo tuviera que insinuar. Me dijo que la
culpa la tenían sus amigos extranjeros, pues lo habían inducido al vicio
y eran los que lo arrastraban a él. Por supuesto, está de más decir que
era la forma en que ella lo quería ver, no la realidad, pues Federico
hubiera sido alcohólico con o sin "amigos" extranjeros.
Me contó Daniela (una exalumna del anglo muy talentosa) que Federico
invitaba a su compañero de clases a embriagarse.... y que además les
contaba historias de cuando perdía el conocimiento y se ponía a hacer el
ridículo (bailaba solo, se quedaba tirado, etc.) en las fiestas del
trabajo por causa del consumo inmoderado de las bebidas embriagantes
GRATUITAS (porque además es un tacaño, como todo sociópata).
Con estos pequeños ejemplos no quiero decir que tenga que recurrir a
dimes y diretes para TENER PLENA SEGURIDAD de que Federico era un
alcohólico, pues yo viví su enfermedad en carne propia. Estos relatos
son sólo para dejarles ver que su alcoholismo no era ningún secreto.
No es nada raro que un alcohólico se niegue a reconocer su
enfermedad, pero esa "fase de negación" se queda congelada en el tiempo
cuando se trata de un adicto sociópata, es decir, si en una persona
normal es una misión casi imposible encontrar la aceptación del
problema, en un sociópata se convierte en completamente inalcanzable.
Pero que lo niegue cuanto quiera. Si no conocen su historia pero lo
conocen en persona, aunque sea de lejitos, podrán ya haber notado su
típica cara de ebrio, ojos permanentemente rojos, arrugas exageradamente
marcadas, la rosácea también permanente en su cara, y bueeeeeeeeeno qué
decir de esa barriga típica de los alcohólicos, súper inflamada sin
posibilidad siquiera de disimularla ni de adelgazarla ni con dietas ni
ejercicio. ¿O qué, me vas a decir, Federico, que todas estas cosas son
normales en cualquier persona de 40 años? ¿Y por qué tus hermanos, que
son ambos mayores que tú, no tienen ni siquiera una de estas
características? Qué raro, Federico....
Yo a Federico le decía que me chocaba verlo ebrio porque su
característica personalidad de cretino se elevaba al cubo (para el caso
que me hacía...). Nunca he encontrado la palabra más acertada pero es lo
más cercano que encuentro a la descripción de su personalidad: cretino,
imbécil, "douchebag"... esos tipejos escandalosos e igualados que dicen
y hacen cosas impropias que hacen sentir a la gente a su alrededor
incómoda/molesta/enojada. Pues todo este comportamiento se hacia peor,
era insoportable, casi babeaba, apestaba más, y lo peor de todo es que
se creía el más gracioso y cool de toda la comarca, tanto que repetía su "hazaña" de tres a cuatro veces por semana.
Federico,me pregunto qué pasaría si usas esa aplicación en tu "nuevo
teléfono móBil".... a lo mejor te sale cara de momia derretida porque,
digo, de ruco borracho ya la tienes.